La autonomia humana, tiene soporte antroplogico

Libertad humana

Nuestro cerebro es complejo en sus funciones. Y gracias a esto nos podemos adaptar al medio con autonomía.
A lo largo del proceso evolutivo han aparecido sucesivamente cerebros con una, dos y tres capas, con la consiguiente necesidad de aumentar progresivamente la integración de funciones en cada una y entre las distintas capas. Para, con ello, aumentar la autonomía respecto del medio.
La aparición de los hombres trae el desarrollo de los lóbulos pre-frontales, sobre las cuencas de los ojos.
El peculiar funcionamiento del cerebro humano, con un sistema jerárquico de control con neuronas localizadas en áreas de la corteza pre-frontal, es presupuesto para que la autonomía respecto al medio sea en él en autonomía de sí.
Las capacidades específicamente humanas descansan sobre el control jerárquico que ejerce esta área.
El humano es un cerebro racional -por la integración de lo emocional con lo cognitivo-, y tiene en cada persona como presupuesto biológico la capacidad de frenar la excitación automática.
El frenado de la excitación de los circuitos neuronales rompe el automatismo de las respuestas.
La liberación del encierro en el aquí y ahora se manifiesta, entre otras características genuinamente humanas, en la capacidad de:
  • abstraer al captar simultáneamente lo general y lo particular;
  • dilatar en el tiempo la satisfacción de los deseos y no tener que responder inmediatamente a los estímulos que recibe,
  • planificar acciones,
  • prever las consecuencias futuras y adelantarse a ellas y,
  • entender que existen otras mentes y ponerse en el lugar de los otros



Crónicas de la Ciencia (Natalia López Moratalla)

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