Escape a la realidad...

Sueños.

Asistí a esta obra de teatro que pone en escena a 80 niños especiales. 
No es una obra que inspira lástima, no.  
Todo lo contrario, inspira ternura, admiración, y reta a soñar.

Porque los sueños son la inefable ruptura de lo cotidiano.
Hacen la diferencia. Cambian la vida, hacen ver las cosas de otra manera.
Soñar es preguntar ¿porqué no? 
Primero se sueña, después se realiza.

Pero hay un peligro: los sueños de la razón son demasiado débiles
Será porque la razón se basa en los hechos y, los hechos están en el pasado. 
Soñar nos lleva al futuro.

Los sueños no son un escape de la realidad.
Los sueños inyectan optimismo, aún a la más cruda de las realidades. 
En medio de la conciencia de mis limitaciones, darme cuenta de que soy único, me permite seguir soñando. Porque en el mundo de los sueños no existen imposibles, solo hay la opción de brillar.

El mensaje final es claro: nunca dejen de soñar, el mundo se hizo para eso.







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